Sabana de Torres es una pequeña población, ubicada a dos horas de Bucaramanga, (110 km) capital del departamento de Santander, rodeado de riquezas por todos lados, su suelo es rico en petróleo y en épocas pasadas sus plantaciones de arroz traían bonanza agropecuaria, sin embargo, fue esta misma situación de riqueza lo que la centró en la mira de los grupos armados ilegales en Colombia e hizo de este sitio una población altamente riesgosa para sus habitantes. En los últimos años la situación mejoró ostensiblemente y el gobierno ha retomado el control del orden público y es un municipio con pujanza y esperanza.
Hago esta pequeña semblanza socio-política y geográfica para poder ubicar la importancia de la siguiente gestión. Hace tres años la alcaldía de Sabana de torres quiso hacer programas deportivos para la niñez y mejorar la utilización del tiempo libre. Jairo Morales un ex-nadador de selección Santander y ahora profesor de natación, armó su morral y se fue a buscar su espacio y lo encontró en la única piscina de esta población. Con el apoyo de la Alcaldía empezó con la formación de un grupo de niños a los cuales además de acompañarlos en su proceso de formación acuática, los involucró en la conformación del equipo de competencias que representaría al municipio.
A la fecha cuenta con un grupo de 35 deportistas y más de cien aprendices en escuela, de estos nadadores siete tienen las marcas mínimas para participar en el campeonato Nacional Interclubes en junio y por consiguiente ser tenidos en cuenta en la pre-selección Santander al Campeonato Nacional Interligas en Noviembre.
Con múltiples limitaciones económicas les vendió la idea a los padres de familia de completar la educación de sus hijos a través de la natación. Lo que empezó como unas clases en la piscina se convirtió en un entrenamiento diario con objetivos, con metas a corto y mediano plazo. Haciendo rifas y almuerzos comunales han logrado buscar recursos para competir en diferentes ciudades. Este grupo de muchachos tiene, sin lugar a dudas, actualmente una motivación más en su vida.
Independiente de sus logros deportivos Jairo ya cumplió. Trascendió positivamente en más de cien familias de una pequeña población de Colombia. Sin embargo, vuelvo a redundar y debo que lo que me parece más importante en la gestión de Jairo es que no se quedó en la capacitación de destrezas acuáticas, sino que le apostó a algo mas grande y complicado, la competencia.
¿Cuantas pequeñas poblaciones existen en Colombia con piscinas de 25 mts y escuelas de natación? ¿Cuántos profesionales de la natacion están dispuestos a asumir el riesgo y el compromiso que significa ser entrenador? Con diez personas con la disposición de Jairo, tendríamos como mínimo 300 nuevos nadadores; más del 50% de los que se reúnen en un Nacional de Menores.