¿Qué es un entrenador?

Ser entrenador es sinónimo de maestro, es la definición contemporánea que le han dado al líder de los grupos deportivos, en este escrito quiero profundizar en el concepto y tomar todas las aristas de esta profesión  evidenciada en los últimos años, pero nacida hace miles de años.
El concepto básico del entrenador hace referencia a aquella persona dedicada a dirigir y estimular a otros seres humanos a progresar, a finales del siglo XX la psicología empresarial tomando el concepto básico, le ha abierto un campo en el desarrollo económico y ahora es muy común escuchar el extranjerismo “couching empresarial” que no es otra cosa que un programa de entrenamiento de cualidades que hacen eficaz un empleado y que utiliza de forma efectiva la neurolingüística
En la historia de la humanidad existe este rol desde su inicio cuando los cazadores enseñaban a sus descendientes y su grupo étnico, las técnicas de acecho, seguimiento y eficacia en la muerte de su víctima.
Posteriormente las guerras por las supremacías raciales y geopolíticas, llevan a los guerreros a ser entrenados en el arte de la guerra y de la muerte.
Pero también en la filosofía desde su nacimiento, ha tenido pensadores y alumnos que deseaban superar e investigar nuevas alternativas de pensamiento.
En la edad moderna, con el inicio del olimpismo y de los deportes aparece este rol de manera mucho más específica.
Actualmente el entrenador es un líder y debe ser un líder, con las características de un líder eficiente, que ante todo conoce los objetivos de sus dirigidos y de su grupo y que con base en ellos hace su propuesta.
El entrenador debe dirigir, diseñar, ejecutar y controlar procesos de superación y desarrollo personal y grupal a todo nivel.
Un entrenador para ser eficaz debe ser organizado en su trabajo, debe conocer a profundidad del tema y la actividad para la cual trabaja.
Un entrenador debe ser asertivo, es decir que posee o debe poseer un comportamiento comunicacional maduro en donde no agrede en su expresión y no se somete a la voluntad de otros, sino que expresa sus convicciones y defiende sus derechos.
Un entrenador es comprometido con la causa que lo apasiona y se entrega como buen educador 7 días a la semana, 24 horas al día a sus pupilos y sus objetivos, sin pretender ocupar protagonismos mediáticos; influenciando y educando con su ejemplo más que con su discurso.
Un entrenador debe ser un ejemplo de vida, con valores claros y definidos, es un ejemplo de comportamiento social, es crítico, objetivo y sincero. Es leal a su causa y sus pupilos.
Un entrenador debe ser conocedor de las virtudes y defectos de sus dirigidos, haciendo que ellos sean consientes de estos para que saquen provecho de los primeros y procuren superar los segundos.  Un entrenador debe ser prudente y asertivo a la hora de señalar los errores y locuaz en el momento de exaltar los éxitos de propios y extraños.
Un entreandor debe ser un educador, cuya verdadera genialidad no consistira “añadirle” al niño las cosas que le faltan, sino en descubrir lo que cada pequeño tiene ya dentro al nacer y saber sacarlo a la luz, su pupilo debe ser ante todo, fiel a sí mismo y realizarse al máximo. Tiene que sacar de dentro de su alma la persona y el triunfador que ya es y como entrenadores podemos ayudarle a visualizar que ser hombre no es copiar nada de afuera. No es ir añadiendo virtudes que son “magnificas” pero tal vez son de otros. Ser hombre es “llevar” a su límite todas las infinitas posibilidades que cada humano ya lleva dentro de sí. Los Padres y educadores no trabajan como el pintor añadiendo colores y formas. Trabajan como el escultor: quitando todos los trozos informes del bloque de la vida y que impiden que el hombre muestre su alma entera tal y como ella es. (Tomado de: cuadernillo de J.L. Martín Descalzo)
He repetido de forma consiente los verbos “deber ser”  en cada párrafo, porque como ser humano solo tiene la obligación de superarse cada segundo y ante todo “debe ser” lo suficientemente libre para llegar a cuestionarse si tiene la vocación y el espíritu para llevar con honor el título de “entrenador”