Quise traer este articulo, por la valides que tiene, por lo que nos puede aportar, porque a pesar de tener en Colombia la asociación de entrenadores más antigua de Latinoamérica, vigente y actuante, todavía nos falta bastante por hacer. La realidad Argentina es muy similar a la Colombiana, mas adelante la autora hace referencias a deportistas Argentinos, yo hare la referencia a los Colombianos para hacerlo mas entendible (Edgar Cadena).
En la situación coyuntural crítica del deporte que se vive actualmente, donde se tiende a la privatización, se privilegian los resultados por encima de la salud, y el mercantilismo deportivo está a la orden del día, la figura del entrenador es a la vez relevante y complicada.
El entrenador es el que más roles cumple y por ello tiene mayor posibilidad de conflicto. Está en el medio de los actores del deporte ya que debe poder relacionarse y entenderse con directivos y con deportistas. Además, en los tiempos que corren de híper especialización en todo nivel, debe ser un experto de hasta lo inimaginable que potencie el rendimiento deportivo, conociendo básicamente teorías de entrenamiento y teniendo nociones de fisiología, medicina, psicología, pedagogía, kinesiología, sociología y otras ciencias más. Debiendo saber combinarlas en el momento justo y necesario.
Como se ve todo ello lo lleva a resistir presiones que, a veces, son mayores a las que se ven sometidos los deportistas.
Son los fusibles de todas las situaciones que se dan dentro del marco deportivo. Si el rendimiento no es bueno, seguramente será el señalado como el autor del fracaso y en la mayoría de los casos, no tendrá otra posibilidad dentro de esa institución.
Esto plantea que el entrenador es evaluado a través de sus dirigidos, quienes tienen la capacidad ejecutiva y terminal de sus planificaciones, y por ende es él quien debe responder por sus deportistas ante los dirigentes (en ocasiones devenidos empresarios) que exigen resultados. Por esta causa deben soportar exigencias dirigenciales, que en muchos casos, carecen de coherencia con lo que pasa en el campo deportivo. Discuten y tratan de entender políticas deportivas que, en algunas situaciones, no son explícitas ya que pregonan la importancia de educar hombres de bien más allá del puesto, pero luego les brindan apoyo únicamente cuando o a quienes obtienen resultados deportivos destacados.
Los entrenadores también le ponen el cuerpo al deporte, aunque de una forma diferente a la del deportista. Estos últimos lo tienen comprometido desde el exponerlo a altas cargas de entrenamiento, a soportar cambios bruscos y a vivenciar situaciones poco habituales. El entrenador lo hace desde el estar presente antes, durante y después del entrenamiento. Antes, preparando el terreno; durante, llevándolo adelante y después realizando una labor silenciosa, pero no por ello poco importante. Es el tiempo diferenciado de trabajo donde se evalúan rendimientos, se ven videos, se piensa como incentivar al deportista, como mantener o mejorar la performance, como sustituir al suspendido o al lesionado, cuáles serán las medidas a tomar para asegurar la comunicación con todos los miembros del plantel. Se estudia, se crea, se inventa para planificar como debe seguir el proceso que llevará al deportista a enfrentar de la mejor manera posible, la competencia. No solo se trata de entrenar sino de hacerlo bien (en cantidad y calidad) y todo ello solamente con las armas de su saber, su creatividad, el respeto de sus dirigidos y la habilidad que posea para utilizarlas y ensamblarlas.
Dedican horas y horas a entrenamientos y competencias, teniendo que hacer a veces largos viajes, dejando de lado afectos y costumbres.
A todo lo antedicho, como si fuera poco, debe agregársele el hecho que es un modelo social y humano para sus deportistas y el público en general. Su trabajo es visto y evaluado por todos constantemente.
No todas son exigencias también existen momentos gratificantes, ¿sino por qué serían entrenadores? El sólo y simple hecho de la continuidad de la vida deportiva (la mayoría de los entrenadores son ex-deportistas), como ver logrado un determinado objetivo (sea de rendimiento o resultado), la posibilidad de conocer diferentes lugares, el contactarse con personalidades destacadas no solo del mundo deportivo, el alcanzar un lugar a donde, en el caso de las Selecciones Nacionales o del deporte profesional, muchos aspiran pero pocos llegan. El reconocimiento y la posibilidad de trascender (como un enaltecimiento del narcisismo), con la retribución económica existente en algunos casos, son motivos más que importantes para ser ENTRENADOR.
El reconocimiento, necesario para continuar, se plantea, en la mayoría de los casos, del lado del deportista cuando le dedican un triunfo o simplemente expresan lo duro que han trabajado junto al cuerpo técnico.
Son muy pocas las becas existentes en este país para entrenadores y en la mayoría de los casos, son inferiores a la retribución económica que reciben los deportistas entrenados por ellos. Claro que en todo esto siempre hay excepciones como el caso del fútbol, deporte profesional y COMERCIAL por excelencia, al menos en este país.
Hagamos la prueba: ¿Quién recuerda los nombres de los entrenadores de grandes deportistas? ¿Cómo se llamaba el entrenador de Demiddi (Helmut Bellingrouth en Colombia medalla de plata Olímpica) cuando ganó una medalla en los Juegos Olímpicos? ¿Quién es actualmente el entrenador de Espínola, ganador de una medalla en los últimos Juegos Olímpicos? ¿Quiénes fueron y son los entrenadores de José Meolans o de Georgina Bardach, (Pablo Restrepo, Helmuth Levy, Alejandro Bermudes, Isabel C Ceballos, Carolina Colorado, Omar Pinzon representantes Colombianos) representantes argentinos en los Juegos Olímpicos, poseedores de varias medallas y records? ¿Quién es la entrenadora de la Selección argentina de Nado Sincronizado que nos representó en los últimos Juegos Panamericanos? Y los entrenadores de la Selección De Polo Acuático en ambas ramas? Salgamos de los deportes acuáticos: ¿Quién es el entrenador de Solange Witteven, (Ximena Restrepo medalla de bronce olímpica en 400 mts planos) saltadora en Alto, representante Nacional? ¿Quién fue el Preparador Físico del equipo de Hockey Femenino que obtuvo la histórica medalla de plata en los últimos Juegos Olímpicos? Seguramente, aquellos allegados a cada deporte mencionado, pueden responder con nombre y apellido, pero la realidad es que poco y nada se los suele escuchar o dar cuenta de todo lo que trabajan. No se los reconoce por la calle, ni se les pide autógrafo, como a la mayoría de las figuras mencionadas anteriormente, pero sin llegar a ese extremo en más de una oportunidad, ni siquiera se les da una palmada en la espalda al regresar a casa. Nuevamente la excepción es el fútbol que cuenta con el principal reconocimiento del periodismo.
Por cuestiones de idiosincrasia argentina existe el prejuicio que todo lo extranjero es mejor y es así como los entrenadores argentinos miran como se contratan a entrenadores extranjeros para cubrir puestos que, en más de un caso, podrían asumir ellos sin notar la diferencia (igual que en Colombia). Esto ha traído aparejado no sólo la desvalorización de los recursos humanos nacionales sino también, las consecuencias de la traspolación de modelos engendrados en otros países, con otras culturas, políticas e infraestructura.
Los entrenadores que llegan a Selecciones Nacionales tienen un reconocimiento, están en un nivel internacional, donde pueden acceder a otras oportunidades para continuar su carrera profesional.
Pero aquel que trabaja bien desde abajo, dejando todo en el club, administrando los pocos y escasos recursos, poniendo redes, andariveles, haciendo maquinarias con una cubierta en desuso, limpiando piletas simulando que está en el mejor estadio del mundo y con las mejores condiciones de entrenamiento, desde el silencio ve como otros entrenadores se llevan al deportista para integrarlo en planteles nacionales o profesionales. Se queda sin su as de espada porque lo cede para una representación nacional, (o regional) obviamente más importante y que, no desconoce, le abrirá horizontes, pero no deja de lamentarse por no poder contar con uno de los mejores valores en los momentos culminantes de la competencia para la cual se entrena todo el año.
A lo largo del artículo se habló en forma general de los entrenadores pero similares situaciones viven todos los integrantes del cuerpo técnico sean preparadores físicos, médicos, psicólogos, kinesiólogos, etc.
Es hora que TODOS los actores del deporte (integrantes del cuerpo técnico, deportistas, dirigentes, árbitros) nos pongamos los pantalones largos, haciéndonos cargo de la situación crítica por la que atraviesa el deporte nacional, pero teniendo en cuenta que la mejor forma (y porque no la única) de salir de ésta es el trabajo en conjunto (inter y transdisciplinariamente) con el denominador común del respeto y el reconocimiento por la labor del otro, entendiendo que el único indispensable en el deporte, es el deportista, pero que todas las funciones tienen un papel relevante, y la del entrenador, en particular, como referente del proceso deportivo.
La verdad no son tan olvidados
O tu lo crees asi?